DESMINTIENDO LA RESPONSABILIDAD AFECTIVA
El concepto "responsabilidad afectiva" está muy de moda y en boca de todos últimamente. Pero, ¿sabemos realmente en qué consiste?
Se nos llena la boca hablando de lo que nos importan los sentimientos de las personas con las que decidimos quedar; diciendo lo claros que somos desde un primer momento cuando a la otra persona le decimos que no queremos nada serio para evitar sustos; de lo comunicativos que somos en nuestras relaciones. Pero es todo una falacia.
No tenemos ni idea de responsabilidad afectiva cuando le decimos que no queremos una relación, pero nos comportamos durante meses como si fuésemos pareja, para luego dejar al otro en visto y, de mil gracias, poner alguna excusa. Tampoco es ejemplo de comprensión y empatía cuando preferimos "hacernos los duros" y dejar esperando conscientemente a otra persona durante horas para luego responder con un monosílabo. Desconocemos lo que es tratar con respeto y educación a las personas cuando decidimos que "nos hemos aburrido" o agobiado y que preferimos a quien sea, pero usamos refuerzo intermitente, no sea que vuelva a tener ganas de tí, como si fueramos juguetes. Con todo esto sólo generamos inseguridades, demonios que se sientan en grupito en el hombro de las personas a las que les aplicamos todo esto y que puede impedirles relacionarse de nuevo con normalidad y perjudicar su amor propio y autopercepción.
Nos rasgamos las vestiduras ante el lastre emocional que supuestamente nos ha dejado la generación de nuestros padres; pero no somos mejores que ellos si, cuando podemos conseguir el afecto de otra persona, decidimos desecharlo por un atroz miedo al compromiso que no hay intención real de resolver.
De cada uno depende querer mejorar como persona, y hacerlo de verdad. No sirve excusarse en que tus vivencias "te hacen" ser una mala persona, porque tus acciones las decides únicamente tú, día a día.
Es normal tener problemas, pero también puedes crear el coraje para mantenerlos a raya, pedir ayuda, gestionarlos y no reflejarlos en tus relaciones interpersonales. Podríamos hablar de los tipos de apego, pero no quiero que sirva de excusa barata para quienes no quieren hacer un esfuerzo por tratar al resto como personas con alma y sentimientos.
Invito a nuestros lectores a la reflexión, a valorar si realmente merece la pena esa fachada de piedra que muchos llevan y que hiere al que la lleva y al resto.
Por Aries
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